Cuando una persona habla, todos deben de escuchar atentamente.

Cuando una pareja o un individuo está compartiendo con el grupo, las preguntas deben limitarse a lo siguiente:

Clarificación:  “No entendí.”  “¿Podrías repetirlo?”

Más Información: “¿Podrías explicar el porqué de?”  “¿Cómo te sentiste cuándo sucedió eso?”

Cuando se te pide compartir tus sugerencias o comentarios con otro participante, con tu esposo(a), con una amistad o con un grupo pequeño:

Siempre empieza con lo que puedas afirmar y/o estar de acuerdo con; después comparte tus opiniones propias o cualquier pregunta que tengas.

Con cada una de tus respuestas, piensa en las diferentes palabras que puedes usar para edificar o animar a la persona. Anímalos con todo lo que Dios tiene preparado para ellos.

Confidencialidad a la hora de compartir en grupos:
Comprométete a respetar la vulnerabilidad y confianza que te han otorgado las personas a la hora de compartir en grupos; esto durante aquellos tiempos dedicados a la transparencia, honestidad y libertad entre sí.